Hace aproximadamente un mes tuve la oportunidad de visitar Silicon Valley en donde como saben, se alojan las mayores corporaciones tecnológicas del mundo pero también empresas en formación o startups. Este recorrido me dejó algunas reflexiones, especialmente al hacer un análisis retrospectivo luego de 12 años de haber tomado la decisión de emprender y haber fundado dos Estudios Jurídicos especializados en derecho informático y tecnologías de la información y comunicación.
Ecuador podría convertirse en un espacio de desarrollo e innovación tecnológica! La pregunta es qué nos hace falta para lograr el objetivo? La materia prima: talento y capacidad…la tenemos, prueba de ello, son exitosos desarrollos digitales reconocidos internacionalmente, son también los ecuatorianos que se marchan a aplicar sus conocimientos o proyectos en otras latitudes por falta de condiciones necesarias en el país para cristalizar sus ideas o porque otros, les ofrecen mejores y mayores oportunidades de desarrollo; y es que la sociedad del conocimiento no se consigue con leyes que lo decreten (y conste que lo dice una abogada). Peor aún, si éstas son verdaderas enciclopedias extensas y complejas!
Considero que el ecosistema de innovación se consigue atrayendo a los mejores, aprovechando el conocimiento existente y potencializándolo, estableciendo relaciones duraderas que nos conviertan en verdaderos socios tecnológicos, por supuesto dotando de seguridad jurídica a sus inversiones, dejando a un lado ideologías que nos detienen y nos limitan; por otro lado, es imprescindible la eliminación de trabas y cargas administrativas, tributarias, legales muchas de ellas fácilmente superables por duplicidad de requisitos o trámites innecesarios; por supuesto es esencial invertir en educación y acceso a las TICs, con un enfoque distinto, la tecnología no debe ser vista como un fin sino como un eje transversal en el aprendizaje en el sistema educativo y a todo nivel; un ingrediente básico en la receta es la generación de espacios de verdadero diálogo permanente e intercambio de experiencias y soluciones entre todos los sectores involucrados: sector público, sector privado, sociedad civil, academia, a fin de que las políticas públicas respondan a la problemática real y práctica que enfrentan los actores sociales; finalmente un marco regulatorio sencillo, con reglas claras, que opere como una herramienta facilitadora de este proceso!
Esta problemática adquiere aún mas importancia cuando recibimos la noticia de que Ecuador cayó 15 puntos en el reporte anual de Competitividad que elabora el Foro Económico Mundial, siendo “inexplicablemente” una de las asignaturas en las que reprobamos: innovación!